Las propuestas islamófobas del candidato republicano desatan críticas por vulnerar los valores estadounidenses y hacer el juego al ISIS
MARC BASSETS Washington 9 DIC 2015 - 00:00 CET, CNN
Al proponer cerrar las puertas de Estados Unidos a los musulmanes, Donald Trump sobrepasó otro límite en su campaña a la Casa Blanca. La Administración Obama cree que el candidato, favorito en los sondeos del Partido Republicano, perjudica la seguridad nacional, e insta a los republicanos a romper con él. Se le acusa de ir en contra de los valores estadounidenses, violar la Constitución y hacerle el juego al Estado Islámico al dividir a musulmanes y cristianos.
Los atentados en París, el 13 de noviembre, y en San Bernardino (California), el pasado miércoles, transforman la campaña para la nominación a las presidenciales de noviembre de 2016. El miedo al Estado Islámico (ISIS) ocupa de repente un lugar central y las propuestas para responder a la amenaza varían desde la mesura del presidente Barack Obama al extremismo de Trump.
“Donald Trump suena más a líder de un grupo de linchadores que a una gran nación como la nuestra”, dijo ayer Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo para las Relaciones Americano-Islámicas. En EE UU viven unos 2,75 millones de musulmanes, menos del 1% de la población.
La propuesta para una prohibición “total” a la entrada de musulmanes en EE UU “hasta que los representantes del país aclaren qué está ocurriendo”, difundida el lunes en un comunicado, no es la primera muestra de extremismo del candidato. Trump lanzó su campaña el 16 de junio acusando a México de enviar a EE UU a traficantes de drogas, criminales y violadores. También propuso crear una muralla para frenar a los inmigrantes sin papeles.
La nueva propuesta es un paso más, porque plantea abiertamente excluir a un grupo religioso entero y evoca capítulos nefastos en la historia del siglo XX.
Los juristas apuntan dos problemas en el plan de Trump. Primero, violaría tratados con otros países. Y segundo, si se aplicase a musulmanes estadounidenses, sería inconstitucional al excluir a ciudadanos por su religión.
Trump plantea otro riesgo: que, desde fuera de EE UU, se tomen las palabras de Trump como representativas de todo EE UU, y que esto complique la política internacional del país.
Al proponer cerrar las puertas de Estados Unidos a los musulmanes, Donald Trump sobrepasó otro límite en su campaña a la Casa Blanca. La Administración Obama cree que el candidato, favorito en los sondeos del Partido Republicano, perjudica la seguridad nacional, e insta a los republicanos a romper con él. Se le acusa de ir en contra de los valores estadounidenses, violar la Constitución y hacerle el juego al Estado Islámico al dividir a musulmanes y cristianos.
Los atentados en París, el 13 de noviembre, y en San Bernardino (California), el pasado miércoles, transforman la campaña para la nominación a las presidenciales de noviembre de 2016. El miedo al Estado Islámico (ISIS) ocupa de repente un lugar central y las propuestas para responder a la amenaza varían desde la mesura del presidente Barack Obama al extremismo de Trump.
“Donald Trump suena más a líder de un grupo de linchadores que a una gran nación como la nuestra”, dijo ayer Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo para las Relaciones Americano-Islámicas. En EE UU viven unos 2,75 millones de musulmanes, menos del 1% de la población.
La propuesta para una prohibición “total” a la entrada de musulmanes en EE UU “hasta que los representantes del país aclaren qué está ocurriendo”, difundida el lunes en un comunicado, no es la primera muestra de extremismo del candidato. Trump lanzó su campaña el 16 de junio acusando a México de enviar a EE UU a traficantes de drogas, criminales y violadores. También propuso crear una muralla para frenar a los inmigrantes sin papeles.
La nueva propuesta es un paso más, porque plantea abiertamente excluir a un grupo religioso entero y evoca capítulos nefastos en la historia del siglo XX.
Los juristas apuntan dos problemas en el plan de Trump. Primero, violaría tratados con otros países. Y segundo, si se aplicase a musulmanes estadounidenses, sería inconstitucional al excluir a ciudadanos por su religión.
Trump plantea otro riesgo: que, desde fuera de EE UU, se tomen las palabras de Trump como representativas de todo EE UU, y que esto complique la política internacional del país.
Petición a los republicanos
“Es contrario a nuestros intereses nacionales y hace más difícil defender a nuestro país”, dijo este martes Josh Earnest, el portavoz de la Casa Blanca. “Lo que Donald Trump dijo ayer [por el lunes] le descalifica para servir como presidente”.
Earnest retó a los otros candidatos republicanos a no conformarse con criticar a Trump y a comprometerse a no votarle si es el nominado republicano. En febrero empieza el proceso de votaciones que culminará con la nominación del candidato en verano. Lo habitual es que los derrotados apoyen al nominado.
Ningún rival promete romper con Trump si logra la nominación. Pero, al contrario que en otras ocasiones, esta vez Trump sí han provocado condenas casi unánimes en el partido.
“Donald Trump está perturbado. Sus propuestas políticas no son serias”, dijo el exgobernador de Florida Jeb Bush. “Discrepo de la última propuesta de Donald Trump. Su hábito de hacer declaraciones ofensivas y extravagantes no unirá a los americanos”, dijo el senador por Florida Marco Rubio.
Otros se distanciaron sin criticarle. “Esta no es mi política”, dijo el senador por Texas Ted Cruz. Pero Cruz, que compite con Trump por el voto ultraconservador, elogió que Trump se centrase en la defensa de las fronteras de EE UU.
Sin llegar a la radicalidad de Trump, varios republicanos han formulado propuestas que discriminan a musulmanes: desde impedir la entrada de refugiados desde regiones donde actúa al ISIS a dar un trato preferencial a los refugiados cristianos.
“Es contrario a nuestros intereses nacionales y hace más difícil defender a nuestro país”, dijo este martes Josh Earnest, el portavoz de la Casa Blanca. “Lo que Donald Trump dijo ayer [por el lunes] le descalifica para servir como presidente”.
Earnest retó a los otros candidatos republicanos a no conformarse con criticar a Trump y a comprometerse a no votarle si es el nominado republicano. En febrero empieza el proceso de votaciones que culminará con la nominación del candidato en verano. Lo habitual es que los derrotados apoyen al nominado.
Ningún rival promete romper con Trump si logra la nominación. Pero, al contrario que en otras ocasiones, esta vez Trump sí han provocado condenas casi unánimes en el partido.
“Donald Trump está perturbado. Sus propuestas políticas no son serias”, dijo el exgobernador de Florida Jeb Bush. “Discrepo de la última propuesta de Donald Trump. Su hábito de hacer declaraciones ofensivas y extravagantes no unirá a los americanos”, dijo el senador por Florida Marco Rubio.
Otros se distanciaron sin criticarle. “Esta no es mi política”, dijo el senador por Texas Ted Cruz. Pero Cruz, que compite con Trump por el voto ultraconservador, elogió que Trump se centrase en la defensa de las fronteras de EE UU.
Sin llegar a la radicalidad de Trump, varios republicanos han formulado propuestas que discriminan a musulmanes: desde impedir la entrada de refugiados desde regiones donde actúa al ISIS a dar un trato preferencial a los refugiados cristianos.
“Soy una musulmana orgullosa”
“Soy una musulmana orgullosa, pero no tienes por qué compartir mi fe para compartir mi asco”. Así empieza un mensaje de Huma Abedin, consejera de la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, y vicepresidenta de su campaña.
El mensaje busca adhesiones a la campaña de Clinton. Como otros musulmanes y no musulmanes, Abedin acusa a Trump de dañar la reputación y los intereses de EE UU, e inscribir el racismo en su legislación.
Por su escasa presencia, menos de un 1% de la población, la minoría musulmana tiene menos peso que la negra o la latina, y, excepto figuras como Mohammed Ali, existen pocos nombres con proyección pública. Su nivel educativo supera la media de otros grupos religiosos.
CNN
“Soy una musulmana orgullosa, pero no tienes por qué compartir mi fe para compartir mi asco”. Así empieza un mensaje de Huma Abedin, consejera de la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, y vicepresidenta de su campaña.
El mensaje busca adhesiones a la campaña de Clinton. Como otros musulmanes y no musulmanes, Abedin acusa a Trump de dañar la reputación y los intereses de EE UU, e inscribir el racismo en su legislación.
Por su escasa presencia, menos de un 1% de la población, la minoría musulmana tiene menos peso que la negra o la latina, y, excepto figuras como Mohammed Ali, existen pocos nombres con proyección pública. Su nivel educativo supera la media de otros grupos religiosos.
CNN
No hay comentarios:
Publicar un comentario